Había una vez en un lejano reino una joven la cual solía ir a su jardín todas las noches, la joven se llamaba Angela, la chica más apoyada por todos.
Un día Angela fue a su jardín y vió lo bello que era ser una joven, la luna nueva se podía ver mejor, no con amargura como mujeres lo hacían. Ella veía que la luna le hablaba y decía:-Vive la vida y no la dejes-.
Y esto pasó todas las noches y un día Angela quisó vivir la vida de manera extraña.
Ella se casó y tuvo un esposo con quien ir al jardín, la luna presenció todos los momentos mágicos y los vivió junto a Angela; le dió las gracias y a Angela crecer y envegecer la luna la invitó a su casa dándole las gracias y mostrándole el mundo entero.
Un día Angela fue a su jardín y vió lo bello que era ser una joven, la luna nueva se podía ver mejor, no con amargura como mujeres lo hacían. Ella veía que la luna le hablaba y decía:-Vive la vida y no la dejes-.
Y esto pasó todas las noches y un día Angela quisó vivir la vida de manera extraña.
Ella se casó y tuvo un esposo con quien ir al jardín, la luna presenció todos los momentos mágicos y los vivió junto a Angela; le dió las gracias y a Angela crecer y envegecer la luna la invitó a su casa dándole las gracias y mostrándole el mundo entero.
Ignacia Zuria, 9 años, CHILE, SANTIAGO, PUENTE ALTO